La música es un arte que sucede en el tiempo, al igual que el teatro o la danza, medios de expresión que en sí mismos no quedan plasmados en un registro pues son construcciones que pertenecen al movimiento.

El origen etimológico de la palabra música proviene del griego mousike y significa “el arte de la musa”. La raíz de la palabra griega original (μουσική) se asocia con la raíz indoeuropea “men” o “pensar”.

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, las musas son nueve deidades de la mitología griega que habitaban en el Parnaso, presididas por Apolo, o en el Helicón y protegían las ciencias y las artes liberales. La musa de la música se llamaba Euterpe que significa “la de buen ánimo”, según la mitología.

Sonido y silencio

También podemos decir que la música es el arte de ordenar los sonidos y los silencios. Estos también tienen su lugar en la música, hasta el punto de atrevernos a afirmar que es el punto de partida de la misma.

Elementos de la música

Al principio de este post mencionamos dos elementos fundamentales: los sonidos y los silencios que, comparados con la literatura, vendrían a ser las letras de un escrito. Estos a veces conforman motivos o “palabras” que se repiten o son comunes a lo largo de la obra, los motivos a su vez conforman melodías.

Sonidos y silencios se combinan en un tiempo y producen una secuencia o frase. Algunas obras musicales incluyen también movimientos o capítulos de una misma obra. Si bien el silencio es la ausencia de sonido, éste integra la música.

Aquí te dejamos un  ejemplo de motivo musical y melodía con el tema principal de la famosa serie Juego de Tronos.

El sonido musical es una vibración ordenada por la repetición en iguales períodos de tiempo (ciclos), algunos de los cuales son percibidos por el oído humano.

El ruido es un sonido sin definición, se puede decir que una interferencia de vibraciones cortas e irregulares que molestan y alteran el nervio auditivo.

¿Una obra no necesariamente agradable es música?

Se dice que la música transmite un estado del espíritu o pretende comunicar algún mensaje y por lo tanto transmite sensaciones agradables al oído, sin embargo, ¿se podría considerar una obra musical no agradable al oído como música? Si esta obra musical conserva los elementos estructurales característicos de la música, entonces sí.

Aunque el diccionario de la Real Academia Española dice en una de sus definiciones que la música es un “sonido grato al oído”, se puede considerar que es toda melodía, ritmo y armonía, combinados en una estructura lógica. Recordemos que algunas obras no se escribieron para deleitar al público sino para interrogarlo, a veces para generar incomodidad o protestar por los rumbos de la sociedad de la época como es el caso de la 5ta Sinfonía de Ludwig van Beethoven, la cual pretendía aludir a un tiempo de revoluciones, un mundo agitado y evocar la grandeza del espíritu humano para conjurar estos caminos de la humanidad.

Compartimos una obra dodecafónica, música sin tensiones ni reposos.