Sin pensamos en ópera de las primeras imágenes que se nos viene a la mente será la de cantantes de contextura robusta. Es mas, muchos de nosotros tenemos la idea y, posiblemente estemos convencidos de ello, de que se debe estar gordo para ser un buen lirio y que cuantos mas kilos tiene el cantante, mejor canta. Unos muy  claros ejemplos es Luciano Pavarotti o Montserrat Caballé.

Pero la verdadera es que no tienen nada que ver. De hecho no han podido probar que el peso del cantante mejore la proyección de la voz o que le permita controlarla mejor.

La raíz del mito 

En el renacimiento se creía que para poder cantar bien, el cantante tenía que tener una caja torácica grande y por tanto un cuerpo grande también. Pero es de tener en cuenta, que en esa época solo los hombres podía actuar y, por lo general los hombres pesan mas que las mujeres. Es posible que la relación de gordura y cantar bien venga de ahí.

El tamaño no importa en la ópera

Tres afirmaciones que hemos creído desde siempre de la gordura de los cantantes de ópera y que no son ciertas:

  1. LA CAJA TORÁCICA: si se tiene un cuerpo grande, también se tendrá una caja torácica grande. Pero la verdad no cambia de tamaño si se engorda o se adelgaza, es siempre el mismo tamaño. Lo único que sube o baja es la cantidad de grasa corporal o músculos.
  2. CUERDAS VOCALES GRUESAS: Las cuerdas vocales están a proporción de la masa corporal y así puede crear mas sonidos. Eso tampoco es cierto ya que depende de la genética el grosor de las cuerdas vocales.
  3. TODOS LOS GORDOS CANTAN BIEN: No es una norma, así como cantan de bien Luciano Pavarotti también lo hace Josep Carreras, el cual tiene una contextura delgada. Un muy buen ejemplo es Deborah Voigt. Fue rechazado en la ópera Ariadna y Naxos por pesar 120 kilos, ya que no era adecuado para el papel. Adelgazó y sigue teniendo un extraordinario talento para la lírica.